domingo, 17 de noviembre de 2013

Fiadeiro de Historias

"O fiadeiro" era el lugar donde las mujeres se reunían para "fiar" que significa "hilar" en gallego. Este espacio suponía para las mujeres una oportunidad única para poder hablar libremente sin la presencia de hombres.

En estas reuniones las mujeres charlaban y se divertían contando historias que en ocasiones tenían un toque "picante".

Voy a transcribir dos de esas historias de fiadeiro que me contaron hace años en Bembibre...



La gaita de Matías

Había una vez una rapaciña que se casó con un gaiteiro llamado Matías. El gaiteiro se pasaba día y noche tocando felizmente, pero un buen día cayó enfermo. 
Ya en el lecho de muerte, le pidió a su mujer su última voluntad: que fuera enterrado junto a la gaita que tantos momentos buenos les había dado. La mujer le prometió que así sería.
Llego el día del entierro y la mujer aprovechó un momento sin que nadie la viera para meter la gaita junto a su difunto marido. Pero la tapa del ataúd no se cerraba, así que no le quedó más remedio que meterle la gaita entre las piernas.
Camino del cementerio, iba la mujer llorando detrás del ataúd diciendo:
¡Ay Matías, Matías con la gaita que tienes entre las piernas cuánto me divertías!
La gente del pueblo la miraba asombrada, pensando que la mujer se refería a otra gaita.



El gato negro

Cuentan que un día de feria una niña fue a ver a una vieja meiga para que le predijera el futuro. La meiga le leyó la mano, cuando terminó, la niña le dio las gracias y se dispuso a irse. Pero la anciana le dijo que antes de marcharse tendría que pagarla. Como la niña no tenía dinero, la meiga le echó una maldición:
- ¡Ojalá te salga un gato negro entre las piernas!
Pasaron los años y un buen día la niña se dio cuenta de que le estaba saliendo vello entre las piernas. La niña se acordó de la maldición de la meiga y pensó que le iba a salir un gato negro. Asustada, se fue a ver a su abuela y le contó lo sucedido. La abuela se echó a reír y levantándose las enaguas le dijo
- No te preocupes tonta, si ese gato lo tenemos todas, mira
La nieta la miró sorprendida y llorando le respondió
- Si, pero el tuyo es blanco


No hay comentarios:

Publicar un comentario