miércoles, 16 de abril de 2014

Padre Silva

“Los niños son la única esperanza que tenemos para un mundo mejor. Así, debemos darles desde el principio los medios y la formación adecuada para que se conviertan en los líderes de ese mundo” decía el Padre Silva.

Jesús César Silva nació en 1933 en un área pobre y campesina de Orense. Podía haber sido arquitecto, como su padre, sin embargo, su afán por ayudar a los demás le hizo ordenarse como sacerdote jesuita en 1957.

Silva siempre tuvo muy claro que dedicaría su vida a ayudar a los niños huérfanos y en situación de necesidad. En 1956, acogió a quince muchachos de los barrios más pobres de Orense en casa de su madre. Con ellos hablaba de construir un mundo diferente donde hubiese justicia, igualdad, fraternidad y además no mandasen los adultos. Fue así como surgió la idea de crear "Benposta - Ciudad de los Muchachos".


Silva presentó un proyecto para crear esta ciudad ante las instituciones eclesiásticas, pero no obtuvo respuesta, a pesar de ello no se rindió y siguió buscando apoyos. Su hermano le compró 30 hectáreas de tierra a las afueras de Orense y allí fue donde empezaron a construir la ciudad.


Silva obtuvo los derechos legales para legar este terreno, que se convirtió en una ciudad - república en plena dictadura franquista.

Benposta fue una ciudad democrática gobernada por jóvenes, de entre ellos se elegía un alcalde. Todos tenían un oficio, había una fuerza policial, guardias de tráfico, oficiales de salud pública, coordinadores de las actividades cívicas, consejeros financieros y hasta guardianes de la moral pública. 

La ciudad incluso llegó a acuñar su propia moneda, una corona especial, de modo que los visitantes, fuera cual fuera su moneda, debían cambiarla previamente por la del nuevo “reino” para hacer sus compras. 

El complejo de la ciudad estaba formado por edificios de cemento donde había dormitorios, comedores y aulas, así como una panadería, una fábrica de cerámica, una estación de servicio, una tienda de recuerdos, un supermercado, una imprenta y una tienda artesanal de zapatos. 

Miles de chicos pasaron por Benposta con edades comprendidas entre los 4 y los 20 años con el fin de encontrar una nueva vida. Dentro de la Ciudad las distinciones sociales, económicas o raciales no eran permitidas. La religión era algo secundario y la asistencia diaria a misa no era obligatoria. 

Silva se encargaba de financiar la ciudad a través de donaciones etc. 

A continuación, os dejo un vídeo donde podéis ver Benposta.


En 1963 se creó la Escuela Internacional de Circo de Benposta, el Padre Silva aprovechó la ayuda de su tío-abuelo Manuel Feijoo, un reconocido empresario del circo español y uno de los fundadores del Circo Price.

Más tarde empezó a funcionar "El Circo de los Muchachos" que permitió principalmente financiar las actividades de Benposta. Los Muchachos gozaron de buen éxito en sus giras por Alemania, Italia, Suiza, Bélgica, México, Colombia, Venezuela, Canadá y Japón, así como Australia. Los artistas de Los Muchachos recibían cinco años de entrenamiento antes de poder aparecer en el espectáculo . 

Silva decía “Para mí el circo es la mejor plegaria que el hombre puede ofrecer a Dios”.

Aquí tenéis un vídeo de una actuación de Circo de los Muchachos.


El proyecto del Padre Silva se puso en marcha en diferentes países, estableciendo así una serie de ciudades por todo el mundo denominadas igual. Hoy hay ciudades de Benposta en Colombia, Venezuela, Nicaragua, Santo Domingo, Mozambique y Bruselas. 

El Padre Silva recibió varias distinciones y reconocimientos durante su vida. Entre ellos, la Medalla de la Paz de la ONU, la Espada Samurai de Japón o la Medalla al mérito en Bellas Artes en la categoría de oro, esta última entregada por el Rey Juan Carlos. 

Después de más de cincuenta años de poner en marcha su mayor iniciativa, su sueño se derrumbó. 

Durante los últimos años de vida Silva mantuvo fuertes enfrentamientos. Vivió una confrontación judicial con la Xunta de Galicia a causa de unos terrenos situados en la propia ciudad de Benposta en Ourense, con los profesores que impartían clases en la Escuela, y con algunos de los propios residentes. A pesar de todo esto, siempre conservó grandes apoyos.

El Padre Silva falleció el 2 de septiembre de 2011


No hay comentarios:

Publicar un comentario