martes, 29 de octubre de 2013

"Os fuxidos"

Al terminar la Guerra Civil Española, muchas son las personas implicadas en movimientos de izquierdas que por miedo a ser ejecutadas durante la dictadura franquista deciden huir, son los denominados "huidos" o "fuxidos".

Estas gentes, en ocasiones simples simpatizantes de izquierdas se escondieron mayoritariamente en sus casas o casas de familiares, siendo en principio una minoría la que buscó refugio en el monte.
A estos primeros huidos se fueron añadiendo desertores y evadidos de penales y campos de concentración. Estos grupos dispersos fueron el germen de las posteriores agrupaciones guerrilleras.
La Federación de Guerrillas de León-Galicia fue una organización guerrillera antifranquista creada en 1942 con grupos de León, Orense y Lugo. El objetivo de la Federación no era derribar el franquismo mediante la lucha armada, sino mantener viva la llama de la resistencia hasta que se produjera la intervención de las potencias aliadas que todos daban por segura.
La Federación actuaba en el oeste de León (El Bierzo, Laciana, Cabrera, Maragatería), norte de Zamora (Sanabria), este de Orense (Viana del Bollo, Puebla de Trives, El Barco de Valdeorras) y sureste de Lugo (Fonsagrada, Becerreá y Quiroga).
Desvinculados de los partidos y sin ayuda externa, los guerrilleros vivían de lo que les daban sus enlaces (población civil que colaboraba con ellos) y, sobre todo, de los golpes económicos, ejecutados siempre contra personas afines al régimen franquista, y cuyo resultado se destinaba normalmente a la compra de armamento en el mercado negro de Portugal. La guerrilla también daba charlas políticas entrando por sorpresa en los pueblos, y hacía abundantes sabotajes contra los vehículos de línea y el tendido eléctrico.
Los guerrilleros pasaban largas temporadas ocultos en casas de toda confianza, individualmente o por parejas. Cuando el peligro era mayor, se refugiaban en la sierra del Eje, territorio libre para los guerrilleros durante varios años. La vida era dura en el monte, pero no faltaba la caza ni el agua. También era frecuente la marcha por el monte, a veces durante meses, caminando de noche y descansando de día.




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